miércoles, julio 20, 2005

Cataratas

Marguerite paseaba por la margen izquierda del río. Con su corte a la francesa y la camiseta negra de rayas. El ruido del agua se ahogaba entre los gritos de los piragüistas. Una docena de cadetes se encontraba próxima a la meta. Liborio pasaba también por la orilla izquierda. Tenía todas las tardes libres para subir y bajar el río sin ayuda de un bastón. Marguerite y Liborio se cruzaron por el paseo de arena y se miraron sin querer. Liborio a pesar de ser de pueblo-como el decía, no dijo um que rica estas, por que como el decía- tenía educación. Marguerite pensaba en francés, y le entraron las ganas y la impaciencia de hacerse una foto con el Duero, sucio, pero con cascada y junto a una apuesta de sol. Llamó a Liborio por la espalda y antes de girarse ya decía Buenas Tardes Señorita, sonriendo con un solo diente. Margarite enfocó su objetivo y le dio la camera an foto an foto y Liborio con la camisa amarilla de los domingos que todavía llevaba hoy lunes cogió el aparato al igual que cogía a su nieto pequeño entre las manos. Se reía Liborio. Marguerite sonreía. Liborio guiñaba el ojo izquierdo, miraba por el derecho por el objetivo y volvía a guiñar mientras cerraba también el derecho. Marguerite apuntaba al río. Que Liborio sabía que no saldría en foto porque ¿cómo conseguiría hacerla si por el ojo derecho no veía porque tenía cataratas y sólo sabía guiñar el izquierdo?

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